jueves, 5 de junio de 2008



Sigo en la sombra, lleno de luz; ¿existe el día?


¿Esto es mi tumba o es mi bóveda materna?


Pasa el latido contra mi piel como una fríalosa que germinara caliente, roja, tierna.


Es posible que no haya nacido todavía,o que haya muerto siempre.


La sombra me gobierna.


Si esto es vivir, morir no sé yo qué sería,ni sé lo que persigo con ansia tan eterna.


Encadenado a un traje, parece que persigo desnudarme, librarme de aquello que no puede ser yo y hace turbia y ausente la mirada.


Pero la tela negra, distante, va conmigo sombra con sombra, contra la sombra hasta que ruedea la desnuda vida creciente de la nada.

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